lunes, 6 de enero de 2014

El Popol Vuh : el simbolismo del maíz y del número cuatro

El Popol Vuh es un manuscrito mítico perteneciente a la cultura quiché: Esté manuscrito recauda la historia, la tradición, la religión, la creación, así como la percepción del mundo que tenía esta cultura mayense del altiplano de Guatemala.
Se dice el Popul Vuh se divide en dos partes, la primera parte es mítica porque se refiere a la creación del mundo y como unos creadores o también llamados forjadores del mundo conciben a los lagos, a las montañas, a los animales, a los hombres de lodo y a las efigies de madera. El manuscrito luego muestra una serie de narraciones y mitos, como el caso de Siete Guacamayo y sus soberbios hijos que son derrocados. Aparentemente después vienen las hazañas de los cuates Maestro Mago y Brujito que vengan a sus padres, en el inframundo de Xibalbá.
Ahora, si analizamos la segunda parte del Popol Vuh, notaremos que su temática es de índole histórica pues nos refiere a la historia sagrada. En esta parte se nos refiere ya, a la creación del humano con raciocinio y que este se vale del maíz para su creación; luego los dioses escogen a cuatro hombres que serán sus dirigentes terrenales, en una peregrinación que inicia desde la ciudad de Tula hasta la subyugación de los otros pueblos circundantes. En resumen esta fuente histórica ayuda a comprender el sistema social y político a grande escala de los pueblos mayas y de otros pueblos mesoamericanos.
            Hablaremos ahora más específicamente del simbolismo recaudado en el libro del consejo, hay que mencionar que este cuenta con una constante lluvia de ideas, de frases y palabras, que cuentan con un simbolismo, por lo que sería inalcanzable analizar cada una de las frases e ideas contenidas en éste libro.
Lo que resultaría práctico y cómodo es analizar dos o tres símbolos, en este caso analizaré dos símbolos que vengan ya referenciados en el Popol Vuh, y de ahí debatir con tales referencias, para sacar una buena significación o definición del símbolo.
Empezaré hablando sobre el símbolo del maíz en el Popol Vuh y su relación con la creación del hombre. Citando una estrofa en el Popol Vuh sobre el maíz, daré pauta al análisis: “He aquí que se conseguía al fin la substancia que debía entrar en la carne del hombre construido, del hombre formado; esto fue su sangre; esto se volvió la sangre del hombre; esta mazorca entró en fin (en el hombre) por los Procreadores, los Engendradores.” En esta estrofa se nos habla del maíz como substancia creadora y de alimentación; por una parte reflexiono que el maíz como era un alimento propio de dicha región, fue entonces la substancia que encontraron para hacer alegoría a la creación del humano, o sea que si en otra civilización hubiera sido el jitomate lo más abundante en la región, sería este el sumo creador, por decir un ejemplo.
En la otra parte del análisis sobre el símbolo del maíz, escojo nuevamente una idea de una cita del libro del Popol Vuh, en donde se nos habla que el hombre ya no es una obra de arte, modelada o esculpida. Con esta idea recojo, el significado de que los dioses en un principio, se preocupaban más por el exterior de la persona y ya después tras intentos fallidos, se dieron cuenta de la importancia en el material o substancia para la elaboración del humano, sería esta, una substancia que lo hiciera pensante y válido como el maíz, he ahí que el interior de la persona es la que lo mantiene en vida.
Un segundo simbolismo que recojo, sería el número cuatro, una cifra que durante todo el texto nos acompaña. Podemos notar al cuatro desde la primera página del Popol Vuh, cuando se nos dice que los dioses calcularon los cuatro ángulos que tendría el mundo, también se dice que estos cuatro ángulos son los cuatro puntos cardinales (norte, sur, este y oeste). Y la representación del cuatro, que se me hace más importante fue la de los cuatro animales que recogieron las mazorcas en la Mansión de los peces; uno de los animales que comento fue el zorro, otro el coyote, el cotorro y el cuervo. Se nos especifica que estos animales son los anunciadores de la buena nueva de la existencia de las mazorcas, así que llego a la conclusión, de que estos animales luego se van a ver representados en los cuatro hombres que dirigirán la peregrinación de Tula. Esta conclusión a la que he llegado es por la cualidad de estos seres, por ser los guías y anunciadores de los hombres.  
Mi conclusión final de este trabajo, es que el Popol Vuh es rico en cultura y tradiciones quichés, pero lo que lo convierte en un gran libro es su contenido mítico que sustenta significaciones en cada palabra, en cada frase y capítulo.

Fuentes de consulta:
ANONIMO, El Libro Del Consejo, UNAM, 2012.

Víctor Giovanni Moreno Mejía

La apariencia visual y los nombres en el Popol Vuh

En este ensayo abordaré principalmente algunos elementos visuales y orales que son fuente de conocimiento de la esencia de una persona o cosa, que a lo largo de la historia del Popol Vuh son recurrentes, basándome especialmente en la edición del Fondo de Cultura Económica (MELÉNDEZ, 2012) por la riqueza en las notas que esta contiene.
Comenzaré enlistando los elementos orales; el primero tiene que ver con el señalar los nombres de cada uno de los personajes al redactar la historia; es muy importante para los autores, o por lo menos eso parece, el mencionar por ejemplo que Xmucané era el nombre de la abuela o Dama Sangre el nombre de la madre, y así sucesivamente, pues tiene que ver con mo strar quiénes eran, pues los nombres nos dan idea de las características y poderes, de los rasgos que tienen, como cuando se indican los nombres de los señores de Xibalbá y los sitios que llevan hasta ahí como el Cañón Temblante o el Rio de Pus.
El segundo es ya no por parte de los autores sino de los personajes, de cómo es que al saber y mencionar el nombre de algún sitio u otro personaje, ya se da por hecho que conocen lo que puede hacer, cómo es, sus características primordiales, es decir, están al tanto de su esencia. Es por esto, que con ayuda del mosquito, Hunahpú y Xbalanquéno pudieron ser derrotados, es decir, los de Xibalbá no conocían los motivos y quedaron desconcertados por el hecho de oír que los gemelos conocían sus nombres y podían expresarlo s ante todos, pues esto quería también decir que conocían su esencia y podían ser derrotados con mayor facilidad, pues sabían de sus flaquezas, sus defectos, etc.
Ahora bien, además aparecen elementos a los cuales podemos llamar visuales que nos dan la importancia de la apariencia o del aspecto de alguien o de algo entre los mayas a partir del texto. Uno de ellos es lo que simboliza la máscara que es la falsedad, tal como lo propone Chistenson en la nota no. 118 (MELÉNDEZ, 2012), lo cual nos sugiere que con esta misma idea se disfrazan de huérfanos Hunahpú y Xbalanqué; aspirando a la falsedad, de no querer revelar quiénes su identidad, y volvemos otra vez, a su esencia para que los señores de Xibalbá no los reconozcan y no puedan vencerlos.
Esta misma máscara nos la aprovecharemos para pasar a la importancia del siguiente elemento visual que es la cara, el rostro o la faz, y que tiene fuertes implicaciones primordiales para el conocimiento de la esencia de alguien, o de algo y para hacerlo notar desarrollaré varios ejemplos del valor de la visualización de este factor dentro del texto, no sin antes aludir una vez más a la nota no. 118 (MELÉNDEZ, 2012) que nos dice: “la cara es el símbolo de la personalidad o esencia de la persona” y también en la nota no . 159 (MELÉNDEZ, 2012) donde nos habla de que la visualización u observación de algo “provee el medio a través del cual se recibe el conocimiento”.
Primer ejemplo: “Mientras la faz de la tierra estaba solo un poco iluminada” (MELÉNDEZ, 2012, p.127) donde nos hace notar que únicamente se conocía una parte, no del todo.
El segundo es: “La cabeza de un señor verdaderamente grande tiene carne buena sobre la cara” (MELÉNDEZ, 2012, p.181), aquí ya no puede verse su la grandeza del personaje, ya su aspecto no es el mismo.
El tercero: “Nuestras caras son feas”, o sea, los gemelos (ahora huérfanos) quieren dar a entender a los señores de Xibalbá que no son merecedores de ser llamados a bailar para ellos, además de querer ocultar su identidad.
Juno con estos ejemplos es seguro que hay muchos más en toda la extensión del texto, pero me parece relevante destacar que estos elementos y aspectos mencionados son sumamente significativos en el Popol Vuh pues nos hacen notar tradiciones fascinantes del aspecto de la lengua y las costumbresmayas en cuanto a la construcción de las descripciones tanto de los lugares como de las personas y los dioses.
Además quiero decir que por esta obra, Popol Vuh, he podido conocer, relacionar e incluir en mi bagaje de la expresión visual una forma de cómo trasladar todos estos conocimientos a la escritura, esto es, por medio de otorgar nombres que denoten características, o de mostrar verbalmente características o aspectos primordiales de lo que nuestra vista logra captar.
Por lo expuesto puedo concluir que para el mundo maya era importante describir todo lo que observaban, y que por lo tanto en su modo de escritura se refleja que su capacidad de observación de lugares, costumbres, colores, rasgos faciales, etc., son de suma importancia para lograr o construir sus textos mediante la descripción; con lo que puedo afirmar que es una escritura a partir de la visualización.

Fuente de consulta:
MELÉNDEZ, Gloria (2012), Popol Vuh, México, FCE.

Silvia Paulina Tachiquín Castañeda

La doncella Dama Sangre y el árbol de Uno Hunahpú. Simbología sobre el ciclo de la vida

Bien dice Allen Christenson que “el Popol Vuh es el texto más importante de las tierras altas mayas por su contenido histórico y mitológico, pero no sólo eso.” (Christenson 2012: 56). Su valor poético, sus enseñanzas, el aura de misticismo que rodea al mismo manuscrito son sólo una muestra de la gran importancia que tiene el Popol Vuh, ya no sólo para el análisis de la cultura maya quiché, sino para el mundo y su cultura en general. En el presente trabajo se analizará el capítulo de “La doncella Dama Sangre y el árbol de Uno Hunahpú” para identificar ciertos aspectos sobre el ciclo de la vida interpretado en la cultura quiché, permitiéndose algunas menciones a otros aspectos de dicho ciclo en otros pasajes del libro. 
En el capítulo mencionado, se cuenta cómo la Dama Sangre, hija de Reúne Sangre (un dios de Xibalbá) se acerca al árbol donde fue colocada la cabeza de Uno Hunahpú, y es fecundada por la calavera del anterior, al escupirle en la mano derecha. De ésta unión nacerán después los Gemelos, Hunahpú y Xbalanqué, quienes luego vencerán a los señores de la muerte y se convertirán en el sol y la luna.
            Desde el nombre de Dama Sangre, nos encontramos con una alusión directa a la vida. La sangre es para los quichés la sustancia más preciosa. En ella se lleva la vida misma de los antepasados quienes están ahí a pesar de la muerte. La hija de un dios de muerte como madre de dos seres, muestra dicha polaridad.
Aún más se refuerza esta idea al estar localizada en Xibalbá, el inframundo donde reinaban dioses causantes de males, y al ser a su vez, el árbol de Uno Hunahpú. Éste al morir fue decapitado, y donde se coloca su cabeza florece un árbol al que los mismos dioses de Xibalbá asombraba: “-Que nadie corte la fruta, ni que se meta nadie debajo del árbol.-“ (Christenson 2012: 175). 
El valor de la sangre era tal, que los curanderos quichés creían que todas las enfermedades se curaban al drenar la sangre. Por otra parte, la prohibición tan tajante con 
respecto a adentrarse en el árbol es rota por la Dama Sangre, lo que es una alusión al destino. Cuando la calavera pregunta a Dama Sangre si de verdad desea eso, ella responde que sí, mostrándose pues, la voluntad. 
A su vez, la calavera es una doble referencia al ciclo de la vida: la cabeza y el hueso. El  valor de la cabeza va desde ser el centro del pensamiento hasta ser el símbolo de “cabeza de familia”, dirigente. El valor del hueso muestra la muerte, compartiendo cierta analogía con el mito de Quetzalcóatl.
El hueso es atavismo del antepasado, ahí se guarda la esencia de los predecesores, que trasciende a la misma muerte. La calavera escupe en la mano derecha de Dama Sangre. Aquí hay dos cuestiones importantes que se tomar en cuenta: la mano derecha y la saliva. Los quichés relacionan el lado derecho con lo masculino y el izquierdo con lo femenino. El nacimiento de los Gemelos es prueba de ello.
La saliva por otro lado, es esencia vital por sí misma que, unida a la sangre y los huesos, son sólo una muestra del pensamiento quiché sobre la vida y la muerte. Existen otros elementos como el agua que representa fecundidad, pero existe uno muy importante que aunque no se mencionan en este pasaje, se debe recalcar: el maíz.
Los verdaderos hombres según nos cuenta el Popol Vuh, están hechos de maíz. Incluso el maíz forma parte de muchos de los rituales quiché tradicionales. Su importancia es capital en la cultura maya y aún en la actualidad, dicho valor se conserva.
Todo lo anterior muestra un poco del pensamiento de los quichés con respecto al ciclo de la vida. “La muerte es parte necesaria de la vida” (Christenson 2012:184). Así como en otras culturas, el renacimiento es un pilar enorme de su pensamiento. En el cristianismo, se ilustra la resurrección (si bien existe la distinción entre renacimiento y resurrección) con el trigo como elemento principal, que se podría homologar con el maíz de la cultura quiché; tanto el trigo como el maíz son analogía de la vida misma; se debe morir para dar fruto, como el árbol de Hunahpú, o la muerte de los Gemelos.
Los quichés creen a su vez que “sus descendientes son como sus reemplazos” (Christenson 2012:183). Los que nacen son aquellos que ya habían muerto, son sus mismos antepasados vueltos a la vida. De ahí la belleza de lo que cuenta Christenson, al relatar que un quiché se emocionará tanto cuando le leyó un pasaje del Popol Vuh pues hizo vivir a los antepasados al leer sus palabras.
Los elementos pues, son muchos, el valor del “renacer” como lo hace un árbol, las reliquias, los ritos, hacen que aquel que se acerque al Popol Vuh pueda maravillarse con la extensa y asombrosa cultura cosmogónica de los pueblos de las altas tierras mayas.
La muerte es parte de la vida, es una premisa compartida por diversas culturas, pero considero que pocas de ellas abordan de manera tan rica y poderosa, esa ambivalencia tan impresionante.
El Popol Vuh no es únicamente un texto para ser leído, es un texto para ser vivido. Y tal como los antiguos quichés nos legaron sus enseñanzas, sobre vida (inicio), muerte (fin) y renacimiento (vuelta a empezar) no encuentro mejor forma de concluir que aquella con la que el Popol Vuh comienza:
Este es el recuento del tiempo en que
todo está inmóvil, en silencio y plácido.
Todo está silencioso y calmado. Callada y
vacía está la matriz del cielo.
(Christenson 2012: 91)


Fuentes de consulta:
CHRISTENSON, Allen. Popol Vuh. (2012).Conaculta , Fondo de Cultura Económica, México.
LEÓN-PORTILLA, Miguel. Antigua y Nueva Palabra. Antología de literatura mesoamericana desde los tiempos precolombinos hasta el presente. (2004). Aguilar. México


Carlos Eduardo Rocha Gutiérrez 

domingo, 5 de enero de 2014

La imperfección y humanidad de los dioses k´iche

Dentro de las historias narradas en el Popol Vuh, podemos encontrar varías historias en las que podemos darnos cuenta de la imperfección y humanidad que presentan las divinidades del antiguo pueblo k´iche, en este breve ensayo hablaré un poco acerca de esas características.
Corazón del Cielo, junto con Soberano y Quetzal Serpiente, deciden crear al hombre. Las divinidades, necesitan crear a alguien que los adore pronunciando sus nombres, pues “mediante la articulación inteligible del habla y de los nombres, se podía adorar correctamente a los dioses” (Popol Vuh, nota 83, p.106). Sin embargo, para poder realizar con éxito esta tarea, los seres divinos, encuentran bastantes dificultades, y logran crear al hombre solo después de varios intentos fallidos, pues al principió crearon al hombre de tierra, luego de madera y por fin el de maíz.
La creación del hombre después de una serie de ensayo y error nos deja entrever que a diferencia del Dios cristiano, quien al primer intento y sin ninguna falla “formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida” (Génesis 2:7), los dioses del pueblo K´iche son más humanos e imperfectos en este sentido, pues se equivocan y buscan enmendar sus errores. Corazón del Cielo y los demás dioses no son tan omnipotentes como lo son los dioses a los que se adora actualmente. A diferencia de los dioses actuales, las divinidades del pueblo k´iche son imperfectas, e incluso un tanto humanas, sin dejar de lado sus atributos divinos.Esta comparación de los dioses mayas y el dios cristiano, nos permite ver más claramente que estos dioses no son tan omnipotentes, ni tan perfectos como nos pintan las religiones actuales a sus respectivos dioses
Otro ejemplo de esta imperfección humana de los seres divinos k´iche lo encontramos en Siete Guacamayo y sus hijos. Éste, personaje “era una persona encantada con su esencia” (Popol Vuh .127), es decir, era una divinidad soberbia. Zipacná, su primer hijo, ayudó a los cuatrocientos jóvenes cargando solo, un tronco en sus hombros “lo que hace no es buen, eso de levantar el árbol sin ayuda” (Popol Vuh p.143) Zipacná es individualista. Cabracán, el segundo hijo, es orgulloso y los dioses no lo quieren “nunca hemos estado conformes con él. Porque él no está levantado hasta donde estás tú”.
Estos atributos, si nos ponemos a analizarlos, son atributos esencialmente humanos, pues la soberbia, el individualismo, y el orgullo, son atributos que fueron reprobados por el pueblo k´iche, y que incluso las sociedades actuales ven como negativos. Esto sugiere que los personajes divinos del Popol Vuh no solo son divinidades creadoras y con determinado divinidad, sino que, quizás son modelos a seguir o evitar dependiendo del caso, es decir, son reprobables las figuras de Siete Guacamayo y sus hijos, pero son ideales las de los gemelos Hunaphú y Xbalanqué, quienes son el modelo del heroísmo y la valentía dentro del texto.

Pareciese que los dioses del pueblo k´iche fueron basados en un modelo humano, y no el humano basado en un modelo divino. Las características de los dioses me hacen pensar que, quien quiera que haya escrito originalmente el Popol Vuh, sea mano humana o mano divina, dejó en las divinidades fuertes indicios de lo que es aceptable y de lo que no lo es, además, de dejar lecciones morales, tal como el afrontar los errores y repararlos. Es indudable que el Popol vuh ofrece la sabiduría de un pueblo, y una concepción del mundo muy diferente a la que tenemos hoy en día, pero además, vale la pena detenernos a analizar que en realidad, el antiguo hombre k´iche y el hombre de la actualidad, no son muy diferentes a esos dioses tan humanizados que nos presenta el texto.

Fuentes de Consulta:
Anónimo, Popol Vuh, Allen J. Christenson (traductor), Fondo de cultura económica, México, 2012. Sagrada biblia, consultada en : http://www.amen-amen.net/RV1960/ el día 06/11/2013

Esteban Castorena Domínguez