martes, 31 de diciembre de 2013

Los simbolismos en el Popol Vuh


En esta entrada estudiaremos los simbolismos en el libro sagrado quiche, el Popol Vuh (2011), que es considerado el gran libro de la América prehispánica, y gracias a él podemos comprender un poco las ideologías que tenían las culturas mayas, así como sus tradiciones, y sobre todo, su mitología.
            Este ancestral libro data del siglo XVI, creado como una recopilación de la tradición oral maya de Yucatán, por los mayas quiches (de guatemala), después traducido por Ximenes en el siglo XVIII.
            Para entrar de lleno en el estudio de los símbolos deseo retomar las palabras de Samuel Martí, que dice: “El simbolismo del movimiento, números y colores, está basado en observaciones y conocimientos milenarios” (1960). Con la cita anterior pretendo que el lector se dé cuenta de que los simbolismos que a continuación retomaremos para nuestro estudio tienen una firme y justificada razón de ser, y no fueron creadas por los quiches de forma aleatoria. Por ello es que resultan una fuente de sabiduría infinita estos cuatro relatos mayas.
            Al empezar a leer el Popol Vuh (2011) nos damos cuenta de que hay un principio de dualidad desde la aparición de los dioses, por ejemplo: Tzacol y Bitol, que son el creador y el formador, exaltando la complementación o unión, como también se ve con los gemelos Hunahpú e Ixbalanque. Aunque en una segunda simbolización de la dualidad vemos la creación, desde el punto sexual, con las parejas hombre-mujer que aparecen, como Ixpiyacoc e Ixmucané. Sin embargo, Morley asocia la dualidad como la lucha entre el bien y el mal (1940).
            Los números, como en el caso anterior de dualidad, tienen una gran importancia simbólica en el Popol Vuh (2011). El número uno está asociado con el comienzo, el principio y lo principal, por ello el hermano Uno-Hunahpú tiene mayor participación en el mito, pero esto no le resta importancia a Siete-Hunahpú, porque el número siete era el numero sagrado maya, simbolismo que comparte con la cultura occidental.
            El número nueve, por su parte, era asociado con la fortuna por su referencia a los nueve círculos que conducían al paraíso maya, y por coincidir con los nueve señores de la muerte (Morley, 1940). A demás, en el pasaje de la creación del hombre se menciona que el maíz fue molido nueve veces, simbolizando los nueve meses de gestación del ser humano.
            El número trece, según Martí (1960), es una representación de un buen agüero por su relación con los trece dioses del panteón maya, sin embargo, Morley lo relacionaba con la concepción maya de trece cielos, siendo la tierra la capa más baja, y con la repetición del número trece en los tributos que se rendían a los dioses (1940). El número trece se encuentra en el Popol Vuh (2011) en la tercera y cuarta parte cuando hace referencia a los trece pueblos Técpan, trece hombres que ayudaban y trece hombres que hacían ofrendas y quemaban incienso para Tohil, el dios principal.
            En lo referente al simbolismo de los colores tomaré lo dicho por Morely:
El negro sigue representando las armas porque es el color de la obsidiana; el amarillo simboliza el alimento porque es el color del maíz; el rojo era el símbolo de la sangre, y el azul el del sacrificio; el color de la realeza era el verde, porque éste es el color del preciadísimo quetzal cuyas plumas estaban reservadas para los jefes (1940).
Otro símbolo importante es la concepción del fuego como algo sagrado, dado a los pueblos por el mismo dios Tohil, que simboliza el secreto vital del sol (que a su vez simboliza la fertilidad), y la fuerza que genera y destruye. En el relato se exalta la importancia del fuego al ver que los pueblos dieron a sus propias hijas para obtenerlo.
            En conclusión, el Popol Vuh (2011) es una gran fuente de sabiduría maya, que nos enorgullece y exalta nuestro origen indígena al mostrarnos la filosofía que tenían por medio de su mitología y, sobretodo, a entender mejor sus creencias y modo de vida.
            A pesar de la lejanía que parece tener esta cultura con la nuestra en la actualidad vemos que no es así, todos estos simbolismos, o la gran mayoría, perduran en nuestra cultura, aunque sea a pequeña escala, y forma parte de nuestra vida diaria. Para muestra solo se tiene que ver el simbolismo de los números, en donde el uno es el comienzo y siete es la buena fortuna, o de los colores, donde el rojo es la sangre, el fuego y la vida, o el simbolismo del sol y del fuego, el sol representa la fertilidad de la tierra, y el fuego representa la sexualidad. Todos estos símbolos no se alejan para nada de los simbolismos que tenemos en nuestra cultura mexicana, y esto sorprende aún más por su parecido innegable a la cultura occidental, a pesar de la falta de contacto que tuvo el pueblo maya con Europa hasta el siglo XV.

Fuentes de consulta

MARTÍ, Samuel, “Simbolismos de los colores, deidades, números y rumbos” en Estudios de la Cultura Nahuatl, No. 2. 1960, p. 19.

MORLEY, Sylvanus, “Maya Epigraphy” en HAY, C.L., et. al, The Maya and Their Neighbors, 1940, p.p. 139-149.

Popol Vuh, México: Fondo de cultura económica, 2011.


Alexis Salvador Gómez Rodríguez

sábado, 7 de diciembre de 2013

Adaptación corta del Rabinal Achí, obra maya

Antes de comenzar deseo compartirles la forma en que se representó esta obra, a todo el auditorio nos taparon los ojos y mis compañeros, con recrearon los sonidos y olores, nos hicieron entrar virtualmente por medio de nuestra imaginación al mundo maya que nos expone la obra. Este experimento resulto ser muy agradable para todos los que tuvimos el placer de presenciarlo.

Personajes: Jefe 5-Lluvia, El Varón del Rabinal, El Varón de los Quichés, La Señora-Esposa del Jefe 5-Lluvia, Madre de las Plumas, Ixok-Mun, El sirviente, 12 guerreros  jaguar y águila, 4 sirvientes.

Escena I
[Están unos guerreros bailando en círculo y aparece en escena Varón Quiché que se une a la danza.]

V. Quiché:
¡Acércate, jefe violentador, jefe deshonesto! , ¡Será el primero a quien no acabaré de cortar la raíz. ¡El cielo, la tierra, estén contigo, destacado varón de Rabinal!
V. Rabinal:
¡Valeroso varón, te entregaste al hijo de mi flecha, al hijo de mi escudo, como yo te enlazaré con mi fuerte cuerda, mi fuerte lazo!
¡El cielo, la tierra, estén contigo, hombre prisionero y cautivo!

[Un silencio]

V. Rabinal:
¡Eh Valiente, varón, prisionero, cautivo!, ¿No serías un hijo de las nubes, un hijo de los nublazones?, ¿No vendrías arrojado por las lanzas, por la guerra?, ¡El cielo, la tierra estén contigo!
V.Quiché;
¡Ah cielo, ah tierra!, ¡Vamos!, ¿Diría, revelaría mis montañas, mis valles?
¡El cielo, la tierra estén contigo!
V.Rabinal:
Eras tú, sin duda, el que imitaba el grito del coyote, el grito del zorro para atraer a los blancos niños.
He aquí que pagarás ahora ese trastorno. Por eso yo comunicaré esta noticia a la cara de mi gobernador, de mi mandatario; ¡El cielo, la tierra estén contigo!
V. Quiché
Ciertamente, procedí mal entonces, debido al deseo de mi corazón, y pagaré ahora bajo el cielo, sobre la tierra.
¿No podríamos proceder  lúcidamente como hermano mayor, como hermano menor? Te adornaría, te decoraría con mi oro, trabajaría aquí, te serviría como tu niño, como tu hijo, como señal suprema de que tú no me dejar marchar a mis montañas, a mis valles. ¡El cielo, la tierra estén contigo!

Escena II
 [Ante el jefe 5-lluvia, que ocupa un asiento bajo, con respaldo, adornado con labores antiguas. Junto a él, la  señora, su esposa, rodeada de sirvientes, guerreros, águilas y jaguares.]

El varón de Rabinal
¡Te saludo, oh jefe! ¡Te saludo, oh señora! Doy gracias al cielo, doy gracias a la tierra. Aquí tú proteges, abrigas.
Así como yo soy un valiente, un varón, aquí está un valiente, un varón, que se nos enfrentó durante trece veces veinte días, durante  trece veces veinte noches, tras los vastos muros.
El cielo nos lo ha entregado, la tierra nos lo entregó enlazado. Lo he atado, lo he enlazado, con mi fuerte cuerda, con mi fuerte lazo.
Después hice que se manifestaran sus labios; los labios de ese valiente, de ese varón.
Era ese valiente, ese varón, el que imitaba el grito del coyote, el que imitaba el grito del zorro, el que imitaba el grito de la comadreja, más allá de los vastos muros, la vasta fortaleza, para atraer a los blanco niños, a los blancos hijos.
Fue ese valiente, ese varón, el que aniquiló  a nueve o diez blancos niños, blancos hijos. Fue, también, ese valiente el que te secuestro en los baños.
Fue ese valiente, el que asoló dos o tres pueblos.
¿No pondrá, por consiguiente, el deseo de tú corazón un final a ese valor, a ese denuedo? Ahora él viene a pagar, bajo el cielo, sobre la tierra.
Aquí cortaremos su raíz, su tronco; aquí bajo el cielo, sobre la tierra.
El jefe 5-Lluvia
¡Mi valiente, mi varón! Gracias al cielo, gracias a la tierra has llegado a los vastos muros, ante mí, tu gobernador, yo el jefe 5-Lluvia.
Gracias al cielo, gracias a la tierra, el que te hayan entregado ese valiente, ese varón; que lo hayan arrojado al hijo de tu flecha, al hijo de tu escudo; que lo hayas sujetado.
Pero que no haga estruendo, que no escandalice cuando llegue a la entrada de los vastos muros, porque debe amársele, debe admirársele; porque aquí se hallan sus doce hermanos mayores, sus doce hermanos menores.
Aquí hay doce águilas amarillas, doce jaguares amarillos; sus bocas, sus fauces no están completas; quizá ese valiente ha venido a completar  a unos y a otros.
Hay aquí bancos de metales preciosos donde se puede estar sentado; hay otros donde no se puede estar sentado; quizá ese valiente, ese varón, ha venido a sentarse en aquellos. Hay aquí doce bebidas, doce licores que embriagan, de los llamados Ixtatzunun; quizá ese valiente vino para beberlas.
También está la madre de las plumas, la madre de los verdes pajarillos, traída de Tzam-Gam-Carchag; quizá ese valiente vino para estrenar sus labios, su cara; vino para bailar con ella.
Quizá ese valiente ha venido para convertirse en yerno de clan, cuñado de clan.
Si es sumiso, si es modesto, si humilla su cara, entonces puede entrar. Esto dice mi voz ante el cielo, ante la tierra.
¡El cielo, la tierra, estén contigo, destacado entre los varones!
El varón de Rabinal 
Jefe 5-Lluvia, dame tu aprobación. Dejaré aquí, por consiguiente, mi flecha, mi escudo. Consérvalos, pues; guárdalos en su cubierta, en su arsenal; que reposen allí: yo reposaré también.
¡El cielo, la tierra, estén contigo, mi gobernador, mi mandatario, jefe 5-Lluvia!
El jefe 5-Lluvia
Pero ¿cómo los conservaría, como los guardaría en su cubierta, en su arsenal? ¿Cuáles armas tendría, entonces, contras los que vinieran a descubrirse a la cabeza de las tierras, al pie de las tierras?
¿Qué armas, también, habrá para nuestros niños, para nuestros hijos, cunado ellos vengan a buscar, a obtener su alimento, en las cuatro esquinas, en los cuatro lados?
Aquí, por consiguiente, una vez, dos veces, deberás tomar tu vigor, tu denuedo, tu flecha, tu escudo, que aquí te entrego, mi valiente, mi varón, destacado entre los varones, varón de Rabinal.
¡El cielo, la tierra, estén contigo!
El varón de Rabinal
¡Está  muy bien! Aquí, por consiguiente, volveré a tomar mi vigor, mi denuedo, que me has entregado; que has afirmado a mis labios, a mi cara
Esto dice mi voz ante el cielo, ante la tierra.
Por todo ello, te dejaré un instante en los vastos muros, en la vasta fortaleza.
¡El cielo, la tierra, estén contigo, mi gobernador, mi mandatario, jefe 5-Lluvia!
El jefe 5-Lluvia
¡Está muy bien, mi valiente, mi varón! Sé cauto: no vayas a caer, a lastimarte, mi valiente, mi varón, destacado entre los varones, varón de Rabinal.
¡El cielo, la tierra, estén contigo!

Escena III
[Se abre telón de palacio y llega el Varón de los Quichés ante el Jefe-5-Lluvia]

V. Quiché;
¡Te saludo, varón!, Soy el que acaba de llegar a la entrada de tus vastos muros y el varón del Rabinal vino a lanzar su reto, su grito a mis labios, a mi cara.
¡Pues bien!, soy un valiente, aquí está mi flecha con que yo doblegaré tu destino, el día de tu nacimiento; golpearé la parte inferior, la superior de tus labios y vas a resentirlo, ¡oh jefe!
[V.Quiché amenaza con sus armas al Jefe-5-Lluvia]
Ixok-Mun
¡Oh valiente, Varón de los Quichés, ¡No mates a mi gobernador en su vasta fortaleza, donde está encerrado!
V. Quiché
Haz pues, que preparen mi banco, mi asiento, porque así era en mis montañas, en mis valles. ¿Me quedaré en este lugar expuesto a la helada, al frío?
Jefe-5-Lluvia
Valiente, varón de los Quichés, así pues di ¿por qué imitaste el grito del coyote, el grito del zorro para atraer a mis blancos niños, para atraerlos a Iximché, para encontrar la miel verde y amarilla? El alimento que era para mí.
Fuiste quien secuestró a los diez blancos niños que estuvieron a punto de ser llevados a las montañas Quichés y allá habrías cortado sus raíces y sus troncos.
 Viniste, también, a secuestrarme allá en los Baños. Me encerraste en la cal, en las montañas Quichés Si no hubiese existido mi valiente varón, efectivamente allí habrías cortado mi raíz, mi tronco.
Más tu pagarás eso aquí, aquí fallecerás.
¡El cielo y la tierra estén contigo!
V. Quiché
¡Jefe-5-Lluvia, efectivamente procedí mal, debido al deseo de mi corazón!
Si es preciso que fallezca aquí, entonces, ya que estás bien provisto, concédeme tu alimento, tus las doce bebidas embriagantes, y también los portentos de tu madre, de tu señora.
¡El cielo y la tierra estén contigo!
Jefe-5-Lluvia
Pues yo te las doy, yo te las otorgo, servidores denle mi alimento, mis bebidas al varón de los Quichés, como suprema señal de su muerte, de su fallecimiento.
Un sirviente
Está bien, mi mandatario. Los daré a ese valiente, varón de los Quichés.
[Traen los sirvientes una mesa cargada de manjares y bebidas]
V. Quiché
[Come y bebe con desdén, a continuación baila ante la corte, después regresa y dice:]
¡Oh jefe-5-Lluvia! si probarás el alimento, las bebidas, provistas en mis montañas, las que son atrayentes, dulces, refrescantes.
¿Es ésa la mesa de tus manjares? ¡Pero si ese es el cráneo de mi abuelo, la cabeza de mi padre! ¿No se podría hacer lo mismo con mis huesos de la cabeza, con los huesos de mi cráneo? Aquí también, el hueso de mi brazo, el hueso de mi pierna, como la baqueta del tambor grande, que hará palpitar el cielo, la tierra.
Has dicho y esto es lo que dice también mi voz: “Te prestaré la obra pulida, brillante, labor de mi madre, de mi señora, para que te adornes con ella en los vastos muros, en los cuatro rincones.
Jefe-5-Lluvia
Servidores, que traigan la obra pulida, esplendente, muy bien tramada, y la den a ese valiente, como suprema señal de su muerte.
Un sirviente
Está bien, mi mandatario. Daré a ese valiente varón lo que pide. Te la doy, pero no la deshagas, ni la maltrates.

[Entrega el sirviente al varón una especie de manto en la que se envuelve.]

V. Quichés
¡Oh flautas, oh tambores, toquen, pues, como mi flauta, como mi tambor, para bailar la danza del preso, del cautivo!, ¡El cielo y la tierra estén con ustedes!

[Danza el varón en ronda, ante la corte, y en cada rincón lanza su grito de guerra (su último suspiro)]

Aquí tienes lo que me habías concedido, guárdalo en su caja, en la vasta fortaleza.
Pero si es verdad estás bien provisto, concédeme a la Madre de las Plumas, cuyos labios están aún para estrenar y así para estrenar su boca.


Jefe-5-Lluvia
¡Oh valiente varón de los Cavek Quiché!, Yo te concedo a la Madre de las Plumas, cuya faz no ha sido tocada.
Servidores, que conduzcan aquí a la Madre de las Plumas, que den a ese valiente lo que solicita.
Ixok-Mun
Está bien, mi mandatario.

 [Conducen a la Madre de las Plumas ante el varón de los Quichés]

Aquí está, valiente, varón; más no la ofendas, no la lastimes, solamente muéstrala al bailar.

[El V. Quiché saluda a la dama que se mantiene alejada de él mientras baila, vuelto siempre el rostro hacia aquél. Él siempre ondulante con ella. De ese modo dan vuelta en torno a la corte, al son de trompetas y se sitúan ante el Jefe-5-Lluvia]

V. Quichés
Ya fui a mostrarla, fui a bailar con ella en los cuatro rincones; ahora consérvala en los vastos muros.
Recuérdalo, debes prestarme a las águilas amarillas, los jaguares amarillos, para ir con ellos a practicar en los cuatro rincones, en la vasta fortaleza, únicamente, como suprema señal de mi muerte.
Jefe-5-Lluvia
 Pues bien, te presto las águilas, los jaguares.
Vayan, pues, ¡oh, mis águilas, mis jaguares! Procedan todos a practicar la esgrima con el hijo de su flecha en los cuatro rincones.
V. Quiché
[Sale con las águilas, con los jaguares, y ejecuta con ellos una danza de guerra, en torno de la corte. Después regresa al estrado del Jefe-5-Lluvia]

He ido a practicar  con ellos la esgrima, con el hijo de mi flecha.
¿Son esas pues tus águilas, tus jaguares? Algunos ven, algunos no ven; no tienen dientes, no tienen garras. ¡Si vinieras a ver, un instante, los de mis montañas! Aquéllos ven vigorosamente, miran vigorosamente, luchan, combaten con dientes y garras.
Jefe 5-Lluvia, concédeme tres veces veinte días, trece veces veinte noches, para que vaya a decir adiós a la cara de mis montañas, adonde iba antes a los cuatro rincones, a buscar lo necesario para alimentarme.

[Nadie responde al varón, que al bailar desaparece en un instante. Después sin regresar al estrado en donde el Jefe 5-Lluvia está sentado, se acerca a las águilas y los jaguares, colocados en medio de la corte, en torno de algo como un altar.]

V. Quiché
¡Oh águilas! ¡Oh jaguares! “Se ha marchado”, dijeron hace poco.
No me había marchado, fui solamente a decir adiós a la cara de mis montañas, ahí busqué comida, para alimentarme en los cuatro rincones.
Mi decisión, mi denuedo, no me han servido.
¡Ah, oh cielo! ¡Ah, oh tierra! ¿Debo, realmente, morir aquí, bajo el cielo?, ¡Cómo no puedo cambiarme por esa ardilla, ese pájaro, que muere sobre la rama del árbol, sobre el retoño del árbol donde consiguieron con qué alimentarse!

¡Oh águilas! ¡Oh Jaguares! Ya que es necesario que muera, que fallezca, vengan, pues a cumplir su misión, A cumplir su deber; que sus dientes, que sus garras me maten en un momento, porque soy un varón llegado de mis montañas, de mis valles.
¡El cielo, la tierra, estén con todos!, ¡oh águilas!, ¡oh jaguares!

[Las águilas y los jaguares rodean al varón de los Quichés y lo tienden sobre la piedra de sacrificios donde le abren el pecho, mientras todos los presentes bailan en ronda]


Adaptada por Victor Giovanni Moren o, Silvia Tachiquin y Andrés Cornejo.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Popol Vuh: simbología de los números 2 y 4, así como de algunos colores


El Popol Vuh (Popol: reunión, comunidad; Vuh: libro) es un libro tradicional que contiene las historias de los quiché (mayas) el cual nos cuenta como fue creado el universo, la tierra, los animales, el hombre, etc., y de cómo nació dicha cultura. Hay quienes comparan la Biblia con el Popol Vuh, ya que ambos son dos grandes libros que nos muestran algo en particular: el origen de la vida.
En este libro se manejan varios aspectos, como lo es el significado que tienen los colores, la importancia que se les da a los animales, la forma en que aparecen las mujeres, el simbolismo de los números, etc. En esta ocasión se analizaran los simbolismos de los números dos y cuatro  y de algunos colores, por ende, mi ensayo hablará de esto.
Al comienzo del libro se dice que todo está en calma, en silencio, inmóvil, no había nada, ni nadie. Solo estaba Tepú y Gucumatz; los formadores, los creadores, los progenitores. Es desde ahí cuando aparece la importancia del número dos, pues también se habla mucho de los gemelos Hunapú e Ixbalanqué, así como de Hun-Hunpu y Vucub-Hunapu, entre muchos otros personajes que siempre aparecen en par, siendo así, ¿Qué quiere decir el numero dos? ¿Cuál es su simbología para los quichés?

El dos: “Al parecer todo en la naturaleza tiene su contraparte: hombre-mujer, arriba-abajo, blanco-negro; día-noche, pasado-presente, bien-mal, inmenso-diminuto, norte-sur” (Estefana Velásquez, 2012). También es: “la diosa y el dios, la dualidad perfecta. La energía proyectiva y receptiva se une en una pareja de la interpretación de lo físico y lo espiritual, lo consciente y lo inconsciente. Como número de dualidad está asociada con la luna. En nuestra vida representa el momento en que tomamos conciencia de los demás” (Kimbis, 1998)
Tomando en cuenta estas referencias podemos asociar por qué aparecen tantos pares en el libro, pues como ya se mencionaba antes, son la dualidad perfecta, sin embargo no solo se hablara del dos, ya que también aparece bastante el número cuatro, que son los primeros cuatro hombres en la tierra, ya habían intentado crear otros hombres (los de barro y madera) pero estos no funcionaron como los procreadores habían previsto, y fueron los de maíz los que por fin actuaron como los creadores querían, venerándolos, pensaban, caminaban, eran los hombres que tanto se habían esforzado en crear.
Entonces ¿Cuál es el simbolismo del número cuatro?

            “la cuatriedad son los cuatro rumbos en que se divide el universo, los cuatro cargadores que se turnan en la aportación del tiempo, los cuatro colores en relación a los rumbos cósmicos” (anciana maya k’iche’, 1887-1964)
Rojo: este, Negro: oeste
Blanco: norte, Amarillo: sur
“Son los cuatro elementos; los espíritus de las piedras, de los vientos, de las estaciones” (Kimbis, 1998). Estos son tan solo algunos números, porque en realidad aparecen más elementos, pero ahora nos enfocaremos en los colores; renglones más arriba se habla del cuatro, pero en si a los colores no se les da un significado extenso, ya que solo se le da el significado que se tiene en los puntos cardinales.
Según los mayas el rojo y el negro eran colores asociados con los guerreros, el amarillo con los hechiceros y adivinos. Algunos colores como el negro, blanco y rojo se asociaban con los rituales, por ejemplo: negro-ayuno; blanco, amarillo y azul en los actos sacrificiales; rojo para la guerra.
Antes de finalizar  mencionare  que el Popol Vuh no solo fue un mito sino que fue una entrada a un mundo del cual no se conocería de no ser por este libro: el mundo de los quiché, y resulta muy triste que no todas las personas se tomen el tiempo de leer un texto tan maravilloso como este, ya que te transporta a otra época y te refleja la forma de ver el mundo de una cultura muy antigua.

Yaneli Jaqueline González Velasco

Fuentes de consulta:

Recinos, Adrián, “Popol Vuh: antiguas historias del quiché’”, fondo de cultura económica, México, DF, 1968.

Velásquez, Estefana “Los mayas y su cultura” [en línea] en concepto maya, 2012. Recuperado de http://conceptomaya.weebly.com/


Kimbis, “simbología maya” [en línea] 1998,  recuperado de http://html.rincondelvago.com/simbologia-maya.html

Nezahualcóyotl: vida y obra


Poeta y gobernante de Texcoco, nació  en 1402  y murió en 1472 en la cultura chichimeca y tolteca, tuvo la infancia de un príncipe, criado por tutores y nobles recibió una educación muy completa correspondiente a su linaje, de esta forma aprendió la escritura; los ritos y tradiciones ancestrales de sus antepasados chichimecas-toltecas; la historia, las enseñanzas y las doctrinas heredadas por los mexicas y acolhuacanos venidos del norte y las artes de la guerra y la política, que lo prepararían para gobernar a su pueblo.
 Al nacer tuvo el nombre de Acolmiztli o "puma fuerte", pero las tristes circunstancias que rodearon su adolescencia hicieron que se cambiara el nombre por el de Nezahualcóyotl que significa "coyote hambriento".
            Era hijo del sexto señor de los chichimecas Ixtlilxóchitl,, a los 16 años la adversidad y la tragedia se presentaron frente a él, ya que en 1418, los tepanecas sitiaron la ciudad de Texcoco durante 30 días. Bajo la amenaza de muerte lanzada por Tezozomoc, el rey Ixtlilxóchitl de 54 años; errante y furtivo tuvo que abandonar su palacio y el príncipe Nezahualcóyotl, oculto entre las ramas de un árbol, fue testigo de cómo su padre luchó hasta caer abatido por las lanzas tepanecas, luego de presenciar el asesinato de su padre logró escapar y huyó.
Es hasta 1420 cuando concluye ese periodo errante y después de algún tiempo logra la dicha venganza a su padre por los tepanecas y también logro derrumbarlos.
            Tenía una elevada sensibilidad estética y un gran amor por la naturaleza, que quedaron reflejados no sólo en la arquitectura de la ciudad, sino también en sus manifestaciones poéticas y filosóficas.En sus poemas (cantos) nos habla de varias cosas; nos habla de la muerte, de la vida, de la alegría, de la tristeza, del destino, entre muchas otras cosas.
Murió a los 70 años de edad y a los 43 de su reinado.Se conservan unas 30 composiciones poéticas suyas en las colecciones de manuscritos de cantares prehispánicos. Según lo ha advertido Miguel León-Portilla (Nezahualcóyotl,poesía y pensamiento, 1972), los temas que desarrolla en ellos son " la fugacidad de cuanto existe, la muerte inevitable,  la posibilidad de decir palabras verdaderas, el más allá y la región de los descarnados, el sentido de flor y canto, el enigma del hombre frente al dador de la vida y la posibilidad de vislumbrar algo acerca del inventor de sí mismo".
En Chapultepec hay una fuente monumental en su memoria, proyectada por el escultor Luis Ortiz Monasterio. El obispo José Joaquín Granados y Galvez (1743-1794) publicó en Tardes americanas (1778) un poema atribuido a Nezahualcóyotl que contiene expresiones del todoextrañas al pensamiento prehispánico. Un municipio y una ciudad del estado de México llevan su nombre.
Respecto a la obra literaria de Nezahualcóyotl, se conservan alrededor de treinta composiciones poéticas suyas en numerosas colecciones de manuscritos de cantares prehispánicos. Su poesía no sólo aprovecha la belleza de la lengua náhuatl, sino que posee una profundidad filosófica que ya en su tiempo le valió el epíteto de "sabio". Las poesías de Nezahualcóyotl tocan temas esenciales para la lírica de todos los tiempos; no están exenta de referencias históricas y elementos autobiográficos que hablan de su trayectoria como guerrero, consciente de su desamparo en un mundo cuya comprensión lo supera.
Canta a la primavera, celebra el nacimiento de las flores y la llegada de la temporada de lluvias, pero al mismo tiempo se aflige por el carácter transitorio de lo mundano. Anhela la persistencia más allá de la muerte, y ruega porque las criaturas vivas no se marchiten. Por momentos parece dirigirse al dios de una religión monoteísta. La delicadeza del lenguaje empleado tiene la facultad de conservar un enorme peso lírico y simbólico, incluso en otros idiomas.

Yaneli Jaqueline González Velasco

Fuentes de consulta:

Biografías y vidas [en línea] recuperado de: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/n/nezahualcoyotl.htm


Los poetas [en línea] recuperado de: http://www.los-poetas.com/netzbio.htmp

jueves, 5 de diciembre de 2013

Sobre Quetzalcóatl y Huitzilopochtlí

Quetzalcóatl. Historia y  leyenda

Probablemente este sea el dios más mencionado y conocido de todo el mundo prehispánico americano ya sea transfigurado en dios, sacerdote o en héroe cultural.
Este personaje que tiene origen de los Olmecas, que pasa a los aztecas con el mismo nombre, Kukulcan y Gucumatz para los Mayas.

En él la versión narrativa de Antigua y Nueva palabra (el viaje de Quetzalcóatl) nos narra los hechos de esta figura, desde la tragedia de su infancia marcada por que muere su madre cuando él es pequeño, y sus tíos los 40 Mixcoca asesinan a su padre, evento que logra vengar más tarde con la ayuda de los animales.   Se presenta en este relato a un dios que no está dispuesto a rendirse en busque da de la creación del hombre, que viaja a la ciudad de los muertos por los huesos preciosos, para poder crear a hombre. Pasando una serie de  pruebas logra llegar a  su objetivo (obtener los huesos preciosos), nuevamente ayudado por los animales, como lo son los gusanos, las abejas y el abejón,  y por su  astucia logra salir de ahí con los huesos preciosos pero se fragmentan, estos huesos, Entonces decide llevarlos a moler con la abuela (aquí se observa la importancia de la figura femenina en la cultura).
Después cuando los huesos ya están molidos, hace sangrar su miembro viril, e invita a otros dioses a hacer lo mismo, esta idea del auto sacrificio es la que precede a los sacrificios humanos que ellos hacían. Entonces nacen los humanos y los dioses se preguntan ¿Qué comerán los hombres? Entonces Quetzalcóatl juega con los señores de la lluvia jugando “sus piedras preciosas y sus plumas finas”  cuando Quetzalcóatl gana e juego de pelota y se le da como premio una mazorca  que esta granando, se irrita y desprecia lo que gano, entonces los señores de la lluvia hacen padecer hambre al hombre.
Más adelante Quetzalcóatl reside ya en Tula y todo es abundancia y felicidad. Se niega a los sacrificios humanos, los dioses se enojan y le tienden la trampa del espejo enviando a Tezcaltlipoca negro, con el espejo que le hace ver su vejez, y beber el pulque, ya tomado, Quetzalcóatl hace cosas malas, rompiendo incluso el voto de castidad con su propia hermana. Cuando despierta se siente triste, y parte de tula buscando, paz y sabiduría al lugar del color rojo, ahí se incinera por propia voluntad, y se convierte en la estrella “es el lucero del alba y del crepúsculo”.
El nacimiento de huitzilopochtlí


Analizando la historia del nacimiento de  este dios,  se observa la explicación de los Aztecas, para ser guerreros, además la batalla que se presenta es de la siguiente forma, la lucha entre el sol (Huitzilopochtli) y la luna (Coyolxauhqui), tomándose como campo de batalla la madre tierra (Coatlicue, “La de la falda de serpientes”, madre de ambos e igualmente de los hombres y de todos los dioses o fuerzas de la naturaleza).
Algunos historiadores nos hablan de Huitzilopochtli como un guerrero poderoso y temido, e igualmente como un sacerdote, hechicero y guía de los mexicas. Por sus hazañas, tras su muerte se le deificó (al igual que se hizo con Quetzalcóatl). Posteriormente su nombre se asoció al sol.
Una breve reseña sobre su historia.
Su madre la Coatlicue barriendo el templo encuentra una bola de plumas, la cual se le hace preciosa  y la guarda en su echo, queda preñada, su hija la Coyolxauhqui   reúne a sus hermanos y planean matar a su madre pues, consideran les ha deshonrado, su madre huye a lo alto de una pirámide, en ese momento nace ya con sus armas Huitzilopochtli y da muerte a su hermana. Huyen pocos de los 400 surianos, hermanos de Huitzilopochtli, rumbo al sur.





QUETZALCÓATL

HUITZILOPOCHTLI
Semejanzas y diferencias
                           
A favor de otro intento de creación de la humanidad.
               Se negaba a otro intento de creación de la humanidad.
Es un dios que tiende más a la civilización.
Es un dios más guerrero.
No quería los sacrificios humanos.
Quiere sacrificios humanos.
Su madre muere al dar a luz.
Sus hermanos quieren matar a su madre.


Maritza González Huitrón.

Fuentes de consulta:

LEÓN  PORTILLA, Miguel, Antigua y nueva palabra, México, editorial Aguilar, año 2004.